La espera termina.

LLévame , llévame, llévame
hacia las dulces sustancias que mueren cada día en tu memoria.
A Pizarnik

Se dejó desvestir quieta y en silencio
se sentía una niña a la que van a acostar
con la luz tenue su piel se volvió brillante y colorada
entendió que nada tenia que hacer y se sintió a salvo

Él se agachó y le colocó una pierna en el pijama
el algodón suave, las manos calientes
-acuéstame en tu cama- Y el rostro tímido
Y la risita nerviosa

el metió los dedos entre su cuello y su nuca
el pelo espeso le cayó en la espalda
miles de alfileres atravesaron su corazón
cuando él gimió sobre su cuerpo blando
-hace tanto que esperaba esto-