Oh triste bodhidarma tenías razón ; todo lo que amamos desaparece.
J Kerouac
J Kerouac
Maldita
con el cuerpo hundido en la camilla
en un rincón -penitente-
alguien te llamó por tu nombre
pero tardaste en enterarte
como si no quisieras
la cara se te hinchó de tanto llanto
no hay nadie en la silla del acompañante
nadie en la calle
nadie
en el dia
nocturno
se abre a tí brillante y breve
como relámpago
tiritas de miedo
penitente
3 comentarios:
Y nuevamente te abres, bajo el mismo mar, brillante y breve...
Lo celebro, colega.
Me fascinó lo de tiritas de miedo.
Y pesado duro sobrio :nadie en la silla del acompañante.
Cada vez me maravilla más tu poesía.Llena de imágenes fuertes.
Besos.
espeluznante...las tiritas de miedo, muy oscuro por cierto..
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