Pero tu sí sabías que quieta y silenciosa es la noche.
Y solo mi alma escucha, enferma,
Que soy la única víctima de tu llanto rapaz:
La única presa soy.
Un estremecimiento repentino y errante como si se hubiera extraviado.
Un miedo ciego me hace enloquecer y muero:
Oigo tu voz venir de todas partes.
Como un niño que atormenta a un ciego.
Pero te cubriste el rostro y no me detuviste.
Hay oscuridad en tu llanto, sangre de paloma,
Agazapada en tus recovecos, sollozando a lo lejos.
Hasta donde hay olvido y nada. Lo incognoscible.
Natan Alterman
4 comentarios:
Lo incognoscible es cómo existe tanta exquisitez literaria en un sólo ser humano.
Gracias por las prosas Charlita.Te quiero.
¿Cómo pudiste hacerme esto? Se me ocurre decir sin usar mucho de ese instrumento que tengo a mi lado, a mi derecha, y que se llama RAZÓN.
Pues me gustó mucho, se ve que el tal Natan era bueno en esto.
Un abrazo
sangre de paloma, que hija de putez...
besoooooo!
ay, no entiendo tulys
pobre paloma
agazapada en sus recovecos...
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